La cocaína es un factor de riesgo evidente a tener en cuenta en adultos jóvenes. Es responsable de eventos neurológicos a edades más tempranas de lo esperado según la evolución natural con los habituales factores de riesgo vascular. A continuación te hablamos de la relación entre cocaína e ictus.
Contenido
Cocaína: origen y consumo
La cocaína se obtiene de las hojas del arbusto Erytroxylon coca, planta originaria de los Andes y que se cultiva en América del Sur, en Indonesia y en algún estado africano. Contiene hasta entre 14 y 17 alcaloides distintos de los que el más conocido y estudiado es la cocaína. La cocaína es un estimulante con importantes efectos psicoactivos y su uso es ilegal.
Se presenta comúnmente en polvo, en forma de clorhidrato de cocaína. Penetra directamente en el sistema nervioso central a través del torrente sanguíneo produciendo una sensación agradable, anestésica y estimulante.
El consumo de cocaína en España se ha ido incrementando progresivamente en los últimos años; presentando una de las tasas mayores de consumo en la Unión Europea. A partir de los años 90 el consumo de cocaína se extiende a todas las clases sociales incluidas las más bajas. El aumento del consumo está proporcionalmente ligado al aumento de ocio nocturno, un cambio en la escala de valores basada en el éxito social rápido y en la instauración de una moda de consumo recreativo de drogas.
Cerca de un 90% de los adictos a la cocaína también consumen alguna otra droga, sobre todo depresores como el alcohol, la marihuana y la heroína, aunque el consumo único de cocaína se ha visto incrementado en los últimos años. Los datos disponibles también indican una diversidad considerable entre consumidores de cocaína, tanto en términos de pautas como en términos socio demográficos. Debido a esta diversidad, evaluar la prevalencia del consumo de la droga, así como sus consecuencias sociales y para la salud resulta bastante complejo.
Cocaína: forma de consumir
La forma más frecuente de consumo es el Clorhidrato de cocaína. Se trata de la sal de la cocaína formada con ácido clorhídrico. Se presenta en forma de micro cristales escamosos blancos, más o menos adulterada y se administra normalmente por vía intranasal (para esnifar) o se inyecta por vía venosa.
La cocaína es muy lipofílica y atraviesa la barrera hematoencefálica de forma rápida y eficaz, encontrando niveles de cocaína en el cerebro 30 segundos tras ser esnifada o administrada por vía intravenosa ó en 5 segundos tras ser fumada.
La vía intranasal es un modo muy común de usar la cocaína.
Debido a la intensa vascularización de la mucosa de la nasofaringe la absorción es rápida así como sus efectos (locuacidad, sensación de energía) que duran entre 20 y 40 minutos.
La vía endovenosa también es frecuente. A veces se combina con heroína para evitar los efectos de rebote desagradables producidos por la cocaína. Los efectos farmacológicos y psíquicos por cocaína endovenosa son inmediatos (30 segundos) y potentes pero de breve duración (10-20 minutos), con aparición posterior de un intenso crash (disforia, irritabilidad y alteraciones gastrointestinales).
Datos sobre cocaína e ictus
El sistema cardiovascular es uno de los más afectados por el consumo de cocaína, tanto por su uso habitual como esporádico, asociando complicaciones tales como arritmias, isquemia, disección de aorta, cardiomiopatía, entre otras.
Consumo de cocaína y probabilidad de ictus
A continuación se muestran las conclusiones relativas al consumo de cocaína y la probabilidad de ictus relacionado con este consumo:
- La cocaína es un factor de riesgo evidente a tener en cuenta en adultos jóvenes, aún en presencia de otros factores de riesgo vascular.
- La cocaína presenta como órganos diana el sistema cardiovascular y el sistema nervioso predominantemente.
- El consumo de este tóxico, parece responsable de eventos neurológicos a edades más tempranas de lo esperado según la evolución natural con los habituales factores de riesgo vascular, lo cual está provocando una morbilidad secundaria importante.
- Existen diversos mecanismos implicados por el consumo de la cocaína entre los que destacan el vasoespasmo, aumento de presión arterial y alteración de neurotransmisores.
- Los ictus asociados a cocaína se asocian a mayor mortalidad precoz.
- Sería recomendable realizar estudio toxicológico en orina a todos los pacientes jóvenes con sintomatología neurológica, en especial ictus, ya que es una prueba inocua y sencilla, que puede aportar una información de gran valor diagnóstico, pronóstico y terapéutico.
- La concienciación de los diferentes especialistas, en este caso neurólogos, de los efectos de la cocaína es fundamental para poder diagnosticar las complicaciones secundarias a su consumo.
- El consumo de cocaína se asocia con la enfermedad cerebrovascular a través de múltiples mecanismos, de los que se derivan diferentes complicaciones.
- La cocaína es capaz de producir vasoconstricción intensa, sobre todo en arterias de mediano y gran tamaño.
El diagnóstico de ictus por consumo de cocaína es un diagnóstico de exclusión que hay que tener en cuenta, sobre todo, entre los menores de 55 años con eventos hemorrágicos, pero también isquémicos. Los mecanismos por los cuales la cocaína puede llevar a accidentes cardiovasculares son:
- Hipertensión aguda.
- Disfunción endotelial.
- Lesión vascular.
- Estado protrombótico.
- Alteración del flujo sanguíneo cerebral.
- Vasoconstricción de las arterias cerebrales mediante el bloqueo de los canales de sodio.
Conclusiones
Así mismo, se ha demostrado en estudios recientes, que la cocaína induce apoptosis en las células vasculares cerebrales, por ende, debilitando la pared del vaso y predisponiendo a disección o ruptura por efecto de trauma menor o por hipertensión inducida por la misma cocaína.
A grandes rasgos, particularmente el crack parece no tener una predilección por el tipo de ictus, mientras que el clorhidrato de cocaína causa mayormente hemorragia subaracnoidea e intracerebral.
El ictus hemorrágico es más común durante el consumo activo de cocaína y durante picos de hipertensión en donde la cefalea después del consumo es un primer signo de alarma.Referencias consultadas
- Carcelén Gadea, María E.; Alvarez Sabin, José. Implicación de la cocaína en la patología vascular cerebral. 2012. Extraído de: https://ddd.uab.cat/record/90980
- Larrosa-Campo D, Ramón-Carbajo C, Benavente-Fernández L, ÁlvarezEscudero R, Zeidan-Ramón N, Calleja-Puerta S, et al. Diagnóstico del ictus por cocaína y sus complicaciones. Rev Neurol 2013; 57: 167-70.
- CORTES VALERIO, Asdrúbal et al. Efectos cardiovasculares en usuarios de cocaína. Rev. costarric. salud pública [online]. 2019, vol.28, n.1 , pp.105-116. Available from: http://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1409-14292019000100105&lng=en&nrm=iso. ISSN 1409-1429.
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