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Estudios científicos: Factores incidentes
Todavía no se conocen científicamente todos los efectos en los niños, y su magnitud, de la exposición prenatal de la mujer a la cocaína. En cambio, existe mucha literatura médica sobre los bebés cuyas madres abusaron de la cocaína durante el embarazo. A menudo, nacen prematuramente y con menor peso, talla y circunferencia de la cabeza; en comparación con los bebés que nacen de madres que no consumen cocaína.
Sin embargo, son muchos los factores incidentes que dificultan la determinación del impacto directo materno e infantil – tanto antes como después de nacer – del consumo de cocaína en el embarazo; pues son difíciles de cuantificar.
Es difícil cuantificar el impacto del conjunto de consecuencias del consumo materno de la droga; y en consecuencia, determinar los efectos tanto sobre la madre como sobre el feto.Entre esos factores incidentes se hallan: la cantidad y variedad de drogas de las que abusó la madre – incluida la nicotina -; los cuidados prenatales ofrecidos, la posible negligencia o abuso al niño, la exposición a la violencia, las condiciones socioeconómicas, el estado de nutrición materna; otros problemas de salud y la posibilidad de que la madre haya sido expuesta a enfermedades de transmisión sexual.
Fue muy importante la literatura médica alrededor de los “bebés crack”, esto es, los hijos de madres consumidoras de “crack” durante el embarazo. Para muchos, estos bebés constituirían una generación perdida. Se valoraba que dicha generación sufriría daños graves e irreversibles. Incluyendo, entre éstos, una disminución en la inteligencia y en las habilidades sociales.
Pero lo cierto es que más adelante se demostró que estos presagios constituían una gran exageración. Pero el hecho de que la mayoría de estos niños parezcan normales; no se debe interpretar como una prueba concluyente de que no hay razón para alarmarse.
Alteraciones en el sistema nervioso
Dado que la cocaína causa daños en el sistema nervioso central (SNC), además de en el sistema periférico de los adultos; esas alteraciones estructurales del SNC pueden tener su reflejo en el del feto. Se produce, así, un deterioro de la función neurológica del neonato. Sin embargo, se produce nuevamente una controversia sobre el alcance de estos efectos.
Según un estudio realizado a partir de 17.466 embarazadas en Illinois, Estados Unidos, las madres consumidoras de cocaína registraron un riesgo creciente de retraso en el crecimiento intrauterino. Esto va asociado a la microcefalia, ya que el trasvase transplacentario de nutrientes se ve reducido.
Del mismo modo, observaron una tendencia superior, a la de las madres no adictas, al parto prematuro y al desprendimiento placentario; lo que es resultado de una mayor contractilidad uterina.
Por otra parte, en los últimos cinco años, varios estudios también revelan un mayor riesgo de síndrome de muerte súbita del neonato.Los efectos a largo plazo de la cocaína en el desarrollo neurológico y cognoscitivo del neonato aún son en gran medida desconocidos; debido a la dificultad de valorarlos con las pruebas convencionales.
En cambio, la medición de los depósitos de la sustancia en el pelo del neonato permite detectar si ha habido exposición transplacentaria en los últimos tres o cuatro meses del embarazo; que es cuando el pelo empieza a salir. Por último, se pueden medir los metabolitos de la cocaína en el meconio.
Según estadísticas recientes derivadas de hospitales urbanos en Argentina; de un 10 a un 45% de las embarazadas atendidas en estos centros han usado cocaína durante la gestación.
El hecho de que la mayoría de estos niños parezcan normales, no se debe interpretar como una prueba concluyente de que no hay razón para alarmarse.
Riesgo de aborto
Cuando una mujer consume drogas como la cocaína en el embarazo se pone en serio riesgo la salud -tanto de la gestante como del feto-. Uno de los principales y más graves riesgos es el de un aumento de las probabilidades de aborto. Otros de seria entidad son: el bajo peso al nacer o el síndrome de abstinencia en el bebé.
En general, el uso de drogas ilícitas – se tiende a dejar a un margen en los estudios de los efectos de las drogas sobre el embarazo las llamadas legales; el tabaco y el alcohol, que son estudiadas aparte-. Durante la gestación aumenta el riesgo de malformaciones congénitas y otros defectos en el futuro bebé; como pueden ser: espina bífida, atresia de esófago, ausencia de ano, rotura de la pared abdominal, alteraciones cardiovasculares, malformaciones renales y urinarias.
A modo de resumen sobre cómo afectan las drogas al embarazo y al bebé; señalamos los siguientes puntos principales, de los que se excluyen las drogas permitidas como son el alcohol y el tabaco, sobre cuyos efectos incidiremos en otra ocasión.
El consumo de cocaína en el embarazo se asocia a un riesgo elevado de:
- Aborto.
- Muerte fetal intrauterina.
- Prematuridad con inmadurez fetal.
- Menor peso de los bebés al nacer.
Lesiones cerebrales
Uno de los daños que parecen más probados son las lesiones cerebrales. Éstas pueden ocasionar la muerte intrauterina o provocar daños cerebrales irreversibles tras el nacimiento.
Este daño está en la raíz de la hiperactividad que presentan muchos niños. También, que crezcan con trastornos de personalidad y carencias en la respuesta a estímulos ambientales.
Un retraso cognitivo que puede conducirles, en la vida adulta, a tener una mayor predisposición a sufrir trastornos neuropsiquiátricos.
me gusto mucho la información de este articulo, muy contundente y veraz y sobre todo de actualidad, ya que a veces existe la ignorancia de este tema y es muy importante transmitirlo en los niños, adolescentes y jóvenes.
Muchas gracias por tu comentario, Salvador. Luchar contra la ignorancia nunca está de más. Pretendemos que la adicción sea reconocida como lo que es: una enfermedad mental que requiere de tratamiento para su superación.
Saludos!