Contenido
Factores que promueven el consumo de cocaína
La cocaína es una de las drogas más populares y consumidas en nuestra sociedad. De hecho, España encabeza su consumo dentro de la Unión Europea. Su empleo se asocia, en gran medida, a la vida recreativa. O bien se recurre a ella para obtener mayor energía y productividad.
Los inicios del consumo a esta sustancia psicoactiva comienzan a edades cada vez más tempranas. No obstante, independiente de la edad, la aproximación a la cocaína suele relacionarse con una búsqueda de sensaciones nuevas e intensas.
Diversos estudios constatan que quien consume cocaína lo hace movido por la excitación que provoca. Así, detrás de su consumo se halla: la inquietud por experimentar emociones de riesgo o simplemente que transformen el aburrimiento en una experiencia transgresora. Asimismo, muchos acuden a su empleo para obtener mayor desinhibición social.
No obstante, el problema radica en el alto impacto negativo que produce esta droga en el organismo y su potencia adictiva. Del simple uso se puede pasar al abuso sin casi darnos cuenta. Y su consumo excesivo o frecuente derivar en una adicción difícil de abandonar .
Así las cosas, cuanto antes seamos conscientes de que alguien cercano está consumiendo, antes podremos ayudarlo. Una cuestión de vital importancia en estas situaciones. Porque cuanto más temprano se intervenga, más fácil será la desintoxicación y recuperación del individuo.
A continuación indicaremos aquellos elementos o hechos que nos permiten deducir si una persona consume cocaína. Más allá de los signos físicos más conocidos como las marcas de pinchazos en los brazos, si el individuo se inyecta cocaína. O más común todavía, las hemorragias o goteos constantes nasales, si se consumiese de forma inhalada o esnifada.
Asimismo, recomendamos la lectura de nuestro post Cómo saber si una persona consume drogas a simple vista. Ya que aportará más información al respecto.
Cómo saber si una persona consume cocaína
La cocaína pertenece al conjunto de drogas psicoestimulantes. Lo que significa que su consumo acelera el sistema nervioso central e inyecta una dosis extra de energía física y mental.
Pero, entre los efectos de la cocaína están: un aumento del ritmo cardíaco, respiratorio, la presión arterial y la temperatura corporal. Pueden aparecer también pupilas dilatadas, temblores, náuseas, tics nerviosos, insomnio y ansiedad. También es común que la persona muestre una mirada perdida —a veces vidriosa— y su mandíbula inferior parezca tensa.
Este aspecto ya nos anuncia que una persona que haya tomado cocaína se muestra más eléctrica. Más elocuente, más nerviosa, más inquieta, más eufórica. A veces no termina de argumentar una idea y ya está saltando a otra. En otras palabras, se puede comportar de un modo inconsecuente e inconsistente.
En muchos casos, se observan cambios de humor abruptos, pasando de sentirse exultante de energía a sentirse errática, molesta, iracunda. E incluso mostrando temores infundados, producto de una alucinación o paranoia sobrevenida, muy propia de la sustancia cocaínica.
A corto plazo, después de la euforia que provoca una dosis de cocaína, pasados los efectos, aparece un bajón de ánimo importante. Como una depresión post-consumo. Por ende, los cambios bruscos de estado de ánimo son un síntoma de estar utilizando esta droga.
A medio o largo plazo, los cambios en los patrones de consumo alertan del consumo de cocaína. No conciliar el sueño por las noches, presentar malnutrición o pérdida de apetito, dejadez en el aspecto físico,…
De igual forma se aprecia una alteración de los hábitos cotidianos, que se tornan desorganizados. Se observa, entonces, cierta procrastinación, apatía, incumplimiento de responsabilidades, abandono de aficiones o de amistades. La persona se vuelve más huraña y solitaria, tiene conductas inadecuadas o sospechosas, gasta importantes sumas de dinero, etc.
Conclusión
Con todo, nunca se debe generalizar sin cautela. Cada persona puede reflejar síntomas de consumo de cocaína —o su perfil de cocainómano— de formas distintas.
Ante la sospecha de que una persona consume cocaína, es fundamental afrontar el problema. Encarar a la persona, sin reproches ni recriminaciones; pero sí mostrando nuestra preocupación. Por otro lado, nunca está de más consultar a un centro de tratamiento de adicciones para conseguir asesoramiento y ayuda profesional.
Debe entenderse que las drogas, y con mayor énfasis la cocaína, son sustancias altamente adictivas. Y tras usos continuados, la persona se va volviendo adicta a la cocaína. Lo que resultaría fatal, ya que las posibilidades de abandonar su consumo se tornan más complejas y costosas.
En efecto, las sustancias psicoactivas van generando una dependencia física y psicológica de la droga. Por tanto, su tratamiento requiere una intervención profesional especializada, basada en psicoterapias diversas y asistencia sanitaria, farmacológica.
De ahí que recurrir a la ayuda profesional sea la mejor decisión que se tome ante esta problemática. Y es que en materia de drogadicciones, cuanto antes se actúe, mejor será para todos . Pues, menores serán los daños que haya causado la droga en la salud física y mental del consumidor. Además de que será mucho más fácil superar este hábito insano y destructivo.
Referencias consultadas
- González Llona, I., Tumuluru, S., González-Torres, M. Á., & Gaviria, M. (2015). Cocaína: una revisión de la adicción y el tratamiento. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 35 (127), pp. 555-571. Recuperado de http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0211-57352015000300008
- Palmero, M. (2019). Cómo saber si una persona tiene problemas con las drogas: señales claras. Recuperado de https://www.vozpopuli.com/bienestar/como-saber-persona-problema-drogas_0_1300371047.html
- Pascual, F.; Torres, M. y Calafat, A. (Edit.) (2001). Monografía Cocaína. En Adicciones, vol. 13, suplemento 2. Recuperado de http://www.pnsd.mscbs.gob.es/profesionales/publicaciones/catalogo/bibliotecaDigital/publicaciones/pdf/cocaina.pdf
- Rubio, G. y Santo-Domingo, J. (2004). Todo sobre las drogas. Información objetiva para decidir y prevenir. Ediciones Martínez Roca. Madrid.
Deja una respuesta