En las últimas dos décadas son continuos los episodios de personas interceptadas en puntos fronterizos que cargan drogas, pero no para su autoconsumo. Su labor consiste en transportar personalmente pequeñas cargas de cocaína con destino, sobre todo, a Europa. A pesar de los riesgos legales y hasta físicos que conlleva su misión. Los denominados mulas o correos humanos de la cocaína suponen un fenómeno social en pleno auge que merece la pena conocer en profundidad.
Contenido
¿CUÁL ES EL ROL DE LAS MULAS O CORREOS HUMANOS EN EL TRÁFICO DE DROGAS?
El papel que cumplen los llamados mulas o correos humanos en el tráfico de cocaína adquiere cada vez más peso dentro de la organización del narcotráfico. Si bien, para los narcotraficantes las mulas son piezas insignificantes y de fácil reemplazo. Es más, estas personas que se dedican a transportar la droga de un país a otro no forman parte de la organización criminal. En realidad su único delito, por lo general, es ser pobres o necesitar ingresos económicos para garantizar su subsistencia .
Así pues, queda claro que, dentro del entramado del comercio ilegal de drogas, los correos humanos de la cocaína son personas que transportan esta sustancia consigo. Bien sea en su equipaje personal o en sus ropas, bien sea dentro de sus cuerpos.
En este sentido, cada vez son más constantes las noticias de prensa que relatan detenciones de correos humanos que transportan drogas, especialmente, cocaína. En España, los agentes de la policía nacional apresan cada año numerosos correos humanos en los aeropuertos de Madrid —Barajas— o de Barcelona —El Prat. Operativos policiales que, además, en ocasiones, realizan en colaboración con la policía de otros países europeos.
De hecho, Madrid está considerada la capital de las mulas, debido al gran número de correos humanos relacionados con el tráfico de cocaína que aprehenden. Seguida, de cerca, por Ámsterdam y Ciudad de México, como ubicaciones que registran gran paso de mulas humanas.
Esta realidad evidencia dos cosas distintas. Primero, la correlación perversa que existe entre pobreza y tráfico de sustancias ilícitas. Y, segundo, la cada vez mayor participación de las mujeres en el contrabando de sustancias estupefacientes. Aunque, de momento, suelen asumir posiciones de gran riesgo, pero escaso estatus en la red del tráfico de drogas. El rol de mulas, que ejecutan sobre todo el colectivo femenino, es un claro ejemplo de ello. De hecho, la figura de la mujer mula ya está consolidada en el imaginario colectivo latinoamericano.
A continuación ahondaremos más sobre la función que realizan los correos humanos en el tráfico de cocaína y cómosuelen proceder para ingresar la cocaína en los países receptores.
¿CÓMO TRANSPORTAN LA COCAÍNA LOS CORREOS HUMANOS?
Las personas que deciden colaborar con las redes de narcotráfico haciendo de correos humanos tiene un trabajo muy concreto. A saber, ingresar varios gramos o kilos de cocaína en otro país. De ahí que gran parte de sus detenciones se lleven a cabo en los aeropuertos o pasos fronterizos.
Por lo general, portan la droga en su maletas, que suelen contar con un doble fondo donde esconder los paquetes o planchas de cocaína u otras sustancias. Pero este no es el único modo de trasladar bolsas de cocaína, los hay mucho más rocambolescos.
Hay mulas que han intentado pasar cocaína llevándola encima; y no, no nos referimos a dentro de los bolsillos o adheridas al cuerpo sin más. Sino que pueden transportarla debajo de una peluca, dentro de una supuesta barriga de embarazada —de látex— o dentro de las suelas de los zapatos.
Por otro lado, los peores casos se ven en personas mulas que llevan la cocaína dentro de su organismo. La manera más habitual es ingiriendo pequeñas bolsas, en forma de cápsulas rellenas de cocaína. Pero en los últimos tiempos se han registrado casos de personas sometidas a intervenciones quirúrgicas que simulan operaciones estéticas. En realidad, dentro de los pechos o glúteos operados transportaban prótesis llenas de clorhidrato de cocaína.
Finalmente, existen correos humanos que llevan la cocaína metida en objetos. Puede ser dentro de un muñeco, en botes de productos —donde llevan cocaína líquida—, dentro de collares, en golosinas, etc. La creatividad de los narcos se vislumbra ilimitada.
LOS RIESGOS QUE HAY DETRÁS DE SER UN CORREO HUMANO DE LA COCAÍNA
El riesgo que asumen las personas que realizan una función de correos humanos es enorme, para el poco beneficio económico que sacan de ello. Y es que quienes hacen este trabajo sucio tienden a ser individuos inexpertos, ajenos al mundo del narcotráfico y sin antecedentes penales.
Esto explica el hecho de que la mayoría de las mulas que se detectan durante los controles aduaneros se deba al nerviosismo excesivo que presentan. Su actitud ansiosa, su forma extraña de caminar, sus respuestas inconexas, etc., además de los países de procedencia, disparan las alarmas de las autoridades aeroportuarias o fronterizas.
Esto señala que las personas se convierten en correos humanos por necesidad económica, no por deseo o interés personal. Con todo, en el caso de las personas que eligen voluntariamente transportar drogas, la cantidad que se les paga por ello es mínima. Al menos en comparación con el valor de la carga que portan.
En muchos casos, su incursión en el tráfico de drogas es involuntaria y está vinculada con la trata de personas. Este es el caso de mujeres en riesgo de exclusión social, a quienes les ofrecen un supuesto trabajo en otro país y aprovechan su viaje para meterles sustancias ilícitas en sus equipajes. Por último, existen mulas que son víctimas de coacciones o, sencillamente, de la presión económica de tener que conseguir recursos para mantener a sus familias. De ahí que la vulnerabilidad define a la mayor parte de las personas que actúan como correos humanos.
Quienes realizan su trabajo de correos humanos de la cocaína llevándola dentro de su organismo, ponen en peligro su vida. Pues, si alguna de las cápsulas de cocaína se rompe, les provocará una sobredosis de la cual difícilmente puedan salir ilesos.
Sea como fuere, las consecuencias de ser aprehendidos son nefastas: penas de prisión de varios años. Es decir, son acusados de delitos contra la salud pública y de contrabando de sustancias ilícitas. Lo peor de esta situación es que la legislación de muchos países juzgan a los muleros como traficantes. Cuando no tienen nada que ver con el comercio de estupefacientes ilegales, al menos en la mayor parte de los casos.
CONCLUSIÓN
En las últimas décadas, el tráfico de estupefacientes se cuenta por toneladas anuales y sus rutas cubren todo el planeta. A fin de sortear los controles policiales, constantemente se crean nuevos métodos de transporte. Utilizar a personas que porten consigo directamente las sustancias ilícitas se impuso como un modo ágil y bien direccionado de realizar una entrega en otro país.
A pesar de las detenciones que cada año se efectúan, los correos humanos de las drogas no han dejado de aumentar en lo que va del siglo XXI, indicativo de que este método es efectivo.
Así, la presencia de correos humanos de la cocaína se está diversificando en la actualidad, alcanzando a ambos géneros y a casi todos los grupos etarios. Sin embargo, tradicionalmente ha sido una labor llevada a cabo por mujeres jóvenes. Como puede comprobarse en las estadísticas carcelarias de varios países latinoamericanos. Por ejemplo, en Ecuador, el 76% de las mujeres presas lo están por haber actuado como mulas. También en otros países como Colombia o Brasil las mujeres reclusas relacionadas con el tráfico de drogas están acusadas del mismo delito.
En cuanto a los distintos tipos de drogas incautados entre los correos humanos, la cocaína sigue siendo con diferencia la sustancia psicoactiva más traficada. De ahí que la imagen de las mulas o los correos humanos se relaciona prácticamente con el contrabando de cocaína. Pero conviene mencionar que también existe personas mulas que trasladan hachís, drogas sintéticas, ketamina y demás sustancias ilegales.
Por último, sobre la cuestión de por qué existen personas que ponen en peligro su salud o su libertad ejerciendo de mulas, cabe extraer una reflexión. La necesidad que padecen las personas en riesgo de exclusión o que viven en el umbral de la pobreza las lleva a ello . Al mismo tiempo, cabe recordar que la pobreza es un fenómeno mundial feminizado. Lo que explica por qué las mujeres ejercen de correos humanos de la cocaína más que los hombres.
REFERENCIAS CONSULTADAS
- Bravo Dueñas, C. A. (2013). Mujeres en prisión tras ser mulas del narcotráfico. Recuperado de http://repositorio.usfq.edu.ec/jspui/bitstream/23000/2870/1/109749.pdf
- Faé, G. (2020). As “mulas” do tráfico internacional de drogas: a visão por meio das políticas públicas e dos tratados internacionais. Recuperado de https://repositorio.ucs.br/xmlui/handle/11338/6414
- Hernández Mora, S. (2019). La verdadera capital de ‘las mulas’ de la cocaína es Madrid. Recuperado de https://www.elmundo.es/cronica/2019/07/31/5d3b39effc6c833a108b4638.html
Deja una respuesta