La cocaína es uno de los estimulantes químicos más potente. Su empleo genera una subida de energía, euforia y agudeza mental. Este es el principal motivo por el cual muchos consumen cocaína: por su efecto de dopaje en el organismo.
No obstante, por su misma capacidad de aceleración del organismo, su consumo puede causar muchos efectos indeseados. Como pueden ser taquicardias, ansiedad, insomnio y hasta delirios. Asimismo, esta droga ilegal reviste dos problemas añadidos: la dificultad para dosificarla y el breve periodo de tiempo que dura el efecto de la cocaína.
Así, los consumidores pueden cometer el error de repetir la toma de dosis para prolongar los efectos placenteros, corriendo el riesgo de sufrir una sobredosis. Y, con ello, la posibilidad de que se produzca una muerte súbita. No en vano, diversos estudios confirman que el consumo de cocaína cuadriplica el riesgo de mortalidad inmediata. Siendo el principal factor de riesgo de mortalidad en los consumidores con menos de 50 años.
He aquí donde radica uno de sus peligros iniciales. Al cual, obviamente, se unirán muchas más consecuencias adversas; entre la que sobresale su alto poder adictivo y los estragos en la salud y la vida cotidiana de sus consumidores.
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Cuánto dura el efecto de la cocaína
La cocaína, al igual que otros consumos de drogas, comienza a tomarse durante los momentos de ocio nocturno. Así, su empleo está ligado a un uso recreativo de la droga; pero también a un deseo de disponer de mayor aguante y experiencias fuertes.
En este contexto, la cocaína se erige como una droga ideal para sentirse exultante de energía. Así como para experimentar una sensación psicoactiva intensa y casi inmediata.
Ciertamente, esta sustancia psicoactiva destaca por la inmediatez de sus efectos, que aparecen al cabo de pocos minutos. Sin embargo, la duración de los mismos resulta bastante corta. De hecho, suele indicarse que los efectos del consumo de clorhidrato de cocaína no superan los 90 minutos . No obstante, lo más común es que el llamado subidón dure entre 30 y 60 minutos.
Posteriormente, según se vayan diluyendo los intensos efectos iniciales, se producirá un bajón anímico muy brusco.
Factores que influyen en la duración de los efectos
A la hora de analizar cuanto dura el efecto de la cocaína, conviene tener en cuenta una serie de factores. Porque su influencia puede alterar en cuanto dura el efecto de la cocaína y la intensidad de los efectos que provoca.
Entre dichos factores cabe destacar: la frecuencia y el método de consumo; la calidad de la cocaína, el metabolismo personal y la combinación con otras drogas.
La frecuencia de consumo
La cocaína como sustancia psicoactiva estimulante, energiza el sistema nervioso central y los circuitos cerebrales de la recompensa o placer. Su consumo aumenta los niveles del neurotransmisor de dopamina propio de dicha región cerebral. Al igual que incrementa los niveles de noradrenalina y la adrenalina. En consecuencia, el exceso de cantidad de dopamina en el sistema neuronal trastoca el funcionamiento natural del circuito de recompensa.
Así, a medida que pasa el tiempo y si repiten el consumo de droga, el circuito cerebral se va readaptando al exceso de dopamina. De ahí que el organismo genere una dependencia cada vez mayor al consumo de cocaína; a fin de contar con los niveles extra de dopamina. De este comportamiento del organismo surge la adicción a la cocaína. Es decir, la necesidad del consumidor de emplear dosis cada vez más altas con mayor regularidad.
Con todo, a mayor frecuencia de consumo, menor será la duración de sus efectos. Además de necesitar cada vez consumir más cantidad de droga para obtener lo efectos placenteros iniciales.
El método de consumo
La cocaína que se aplica de forma intravenosa o que se fuma produce una euforia más intensa y rápida, aunque dura menos tiempo. Así, sus efectos inmediatos pueden duran unos 10 o 20 minutos aproximadamente.
Mientras que la cocaína que se emplea de forma inhalada, tarda un poco más en mostrar sus efectos. No obstante, por lo general, estos pueden prolongarse entre 15 minutos y 1 hora.
Por último, aunque menos habitual, consumida por ingestión oral, sus efectos pueden permanecer de 10 a 90 minutos.
La composición de la cocaína
Por otro lado, la intensidad —y la peligrosidad— de esta droga depende en gran medida de los componentes químicos de la cocaína. Es habitual que la cocaína más popular no sea muy pura, sino que esté adulterada con otras sustancias.
Esta droga en sí proviene del alcaloide la planta de coca (Erytroxylon Coca) sintetizado en laboratorios. De donde se logra la elaboración de clorhidrato de cocaína. Aunque la cocaína que procedente de América suele tener una pureza del 80%, posteriormente es adulterada por los traficantes locales.
Para ello puede utilizarse todo tipo de sustancias. Desde analgésicos o azúcares, harinas o cafeína hasta tiza, talco o anfetaminas.
En el caso de la cafeína, ésta intensifica los efectos de la cocaína. Y en el caso de los opioides sintéticos, como la anfetamina, estos pueden reforzar la duración y agravar los efectos. De hecho, esta adulteración química entraña serios riesgos de muerte por sobredosis.
Las características del organismo del consumidor
Los rasgos propios del organismo de cada persona influyen en la metabolización de la cocaína y de los efectos producidos.
Así, aspectos de la persona consumidora como el género, la edad, el índice de masa corporal o su genética son importantes. Asimismo, el tener el estómago vacío antes del consumo acella aparición de los efectos.
Combinación con otras drogas
El patrón mixto de consumo de cocaína y otras sustancias psicoactivas se halla cada vez más extendido. Así, según diversos estudios, un 90% de los consumidores de cocaína consumen al mismo tiempo tabaco o alcohol; un 75% ha consumido paralelamente hachís; y hasta un 8% mezcla el uso de cocaína y heroína. El gran perjuicio que genera la conducta politoxicómana se basa en que los efectos de cada droga se amplifican.
Por otro lado, muchos cocainómanos tienden a usar tranquilizantes para poder dormir. Aquí estaríamos hablando tanto de somníferos o psicosedantes como de drogas depresoras como la heroína o el alcohol.
No obstante, si hay una politoxicomanía habitual que atañe a los consumidores de cocaína, es la combinación de cocaína y alcohol. Lo que puede suponer un serio problema añadido a los riesgos que entraña la cocaína en sí. Pues, la ingesta de alcohol hace que el organismo se torne más sensible a los efectos perjudiciales de la cocaína.
Ello se debe a que el etanol intensifica las consecuencias negativas de la cocaína. De ahí que la toma de ambas sustancias conlleve una mayor impulsividad, descontrol y riesgo de intoxicación aguda.
Efectos inmediatos de la cocaína
No está de más recordar cuáles son los efectos concretos que puede producir la cocaína tras su consumo. Pues, a pesar de su fama como energizante, tanto su uso esporádico como su abuso predisponen a graves riesgos. Entre ellos, muchos trastornos psiquiátricos e intoxicaciones agudas.
Con todo, conviene tener presente que no en todos los individuos la cocaína produce los mismos efectos. Para algunas esta droga genera sentimientos placenteros; mientras para otras, las vuelve violentas o las altera negativamente.
Como efectos a corto plazo, esta droga puede provocar:
- Euforia e incremento de energía.
- Sensación de estar más alerta y con mayor agilidad mental.
- Aumento de la frecuencia cardíaca, respiratoria y de la presión arterial.
- Irritabilidad y comportamientos agresivos
- Subida de la temperatura corporal y la sudoración.
- Náuseas
- Dilatación de las pupilas.
- Episodios de alucinaciones o delirios
Asimismo, la cocaína disminuye el flujo de sangre coronario; lo que supone un fuerte riesgo de sufrir trombos, arritmias cardiacas e incluso una muerte súbita . De hecho, está considerada como la droga que más mortalidad precoz genera.
Por lo demás, el consumo de esta sustancia psicoactiva estimulante provoca serios y desastrosos efectos a largo plazo. La mayoría de los cuales atentan contra la salud mental y fisiológica del sujeto; pero también en los ámbitos sociales del consumidor. Y es que el abuso o la adicción a la cocaína comporta un impacto biopsicosocial en la vida del individuo.
Conclusión
Lo habitual es que las personas comiencen consumiendo cocaína por curiosidad, por experimentar cosas nuevas. También es normal que muchos individuos recurran a ella como sustancia de dopaje, es decir, buscando en ella un impulso enérgico para rendir más.
Sin embargo, su efecto estimulante es rápido e intenso, pero de corta duración. Lo que puede incitar al individuo a repetir su consumo a fin de prolongar sus efectos. Además, en muchos casos, puede provocar efectos adversos como intoxicación aguda o alucinaciones o nerviosismo excesivo. Ello depende de diversos factores secundarios relacionados con el organismo de cada persona y con la composición química de la droga.
Con todo, el peor riesgo que implica el consumo de esta sustancia estimulante reside en su elevada capacidad de generar adicción. Lo cual supone toda una enfermedad física y psicológica en sí misma, que arruinará la salud de quien la consume.
Referencias consultadas
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