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Su origen Andino
La historia de la cocaína hunde su procedencia en la planta de coca, llamada científicamente Erytroxylon Coca. Un arbusto que crece en las zonas de los Andes, desde Colombia hasta Bolivia. De hecho, la hoja de coca forma parte de la cultura de los pueblos andinos a día de hoy. Se mastica en los momentos previos al inicio de las jornadas laborales más duras; se ingiere como infusión —el mate de coca— diariamente; su cultivo y posterior venta supone un ingreso económico para los agricultores andinos; y, finalmente, se utiliza como un suplemento vitamínico y recurso farmacopeo fundamental de muchos pueblos de los Andes.
En efecto, las personas hacen uso de las hojas de coca para conseguir revitalizar su energía, conseguir un mayor rendimiento físico; y sanar muchos malestares corporales como el dolor de estómago, el vértigo, déficit en la presión arterial,… En este sentido, resulta común que los turistas o visitantes extranjeros, al llegar a zonas del altiplano andino, padezcan de mal de altura —o soroche. Para evitar sufrir esta descomposición, han de introducirse unas cuantas hojas de coca en la mejilla y tragar la saliva sazonada con su sabor.
Las virtudes de la coca
La clave de las mencionadas virtudes de la coca reside en su composición, en sus principios activos. Los alcaloides que contiene esta planta, entre las que destaca la cocaína, son los que le dan esa característica de estimulante natural.
Ahora bien, existen diversos modelos de Erytroxylon Coca, según su territorio de cultivo. Así, la más común es la Mamox coca, originaria del Perú; aunque también es habitual consumir la Tupa coca, propia de las zonas costeras del norte. Entre todas las denominaciones de coca, las diferencias en su contenido de cocaína oscilan entre un 0,1 y un 0,9 %.
Como consecuencia del mal uso de su derivado, la cocaína, el cultivo de coca está muy controlado, y en algunas zonas hasta prohibido. Sin embargo, el consumo de la hoja de coca no reviste ningún tipo de adicción; ni genera los grandes estragos físicos y mentales que provoca la cocaína.
La llegada de las hojas de coca a Europa
Siguiendo con la historia de la cocaína. Durante la conquista de América, el consumo de coca estuvo muy combatido por las autoridades católicas. La Iglesia la consideraba un elemento de idolatría, dado su uso en rituales y ofrendas a las deidades andinas. Sin embargo, los administradores y capataces de las minas y los campos, pronto comprendieron los beneficios energéticos que dispensaba a los indígenas esclavizados; quienes rendían mucho más en sus arduas labores, gracias a los efectos estimulantes que aportaba la hoja de coca.
En España se daría a conocer a fines del siglo XVI. Desde un primer momento el uso de la coca se destinó al campo de la medicina, donde tuvo un empleo muy limitado. Y también se prescribía como producto afrodisíaco para mejorar la impotencia sexual. Pero habría que esperar hasta casi tres siglos más tarde para que se descubra su alcaloide: la cocaína. Es entonces cuando aparecen los primeros estudios científicos sobre esta planta y sus virtudes farmacológicas.
La cocaína se muestra como el estimulante psicoactivo ilegal más consumido por los jóvenes de la Unión Europea.
La conversión de la coca en cocaína
Así, en 1860 se consiguió aislar el principio activo más potente de la Erytroxylon Coca, gracias al trabajo del científico alemán Albert Niemann. Para entonces, ya era conocida las capacidades revitalizantes de la coca; siendo utilizada por ciclistas franceses y soldados alemanes como método de dopaje.
Asimismo, en 1880 comenzó a difundirse desde los laboratorios los beneficios de esta droga psicoactiva como anestésico local aplicado sobre la piel. Se inicia la etapa más favorable para la cocaína, tanto a nivel medicinal como social; pues su consumo moderado era recomendado para una buena salud.
El psicoanalista austriaco Sigmund Freud también tiene su página en la historia de la cocaína. A él se debe el primer ensayo decimonónico sobre la cocaína, Über coca, publicado en 1884. Basado en sus propias experiencias con el consumo de esta droga, Freud señala su idoneidad en procesos de depresión, ansiedad y neurastenia; e incluso en casos de adicción a la morfina, al alcohol y de trastornos gastrointestinales. Con todo, sus ideas serían rebatidas por otros científicos que veían en el consumo de cocaína una fuente de adicción; con graves problemas para la salud mental.
Historia de la cocaína finales del XIX
Dentro de la historia de la cocaína, cabe destacar que durante los últimos años del siglo XIX; la cocaína expande su fama como fármaco útil para realizar intervenciones médicas que precisaban anestésicos locales. Así, se pasó a aplicar la cocaína en zonas concretas del sistema nervioso por vía subcutánea, es decir, inyectándola.
Por otro lado, en esta época comienzan a comercializarse las primeras bebidas con compuestos cocaínicos. Tal es el caso de la Coca Cola, cuyo origen se encuentra en una bebida elaborada por un boticario de Georgia; para disminuir las cefaleas y tonificar el organismo. En 1891 cedería su fórmula a la compañía Coca Cola, que estuvo incluyendo dosis de cocaína en su producto durante muchos años.
No obstante, a finales de dicho siglo comienzan a estudiarse los efectos de la cocaína con mayor detenimiento; descubriéndose sus consecuencias negativas para el organismo. Se alude en aquel momento al aumento de la temperatura corporal y los cambios en las pulsaciones; así como se mencionan los riesgos de padecer trastornos mentales como delirios, paranoias e impulsividad.
Posteriormente, el siglo XX marcaría un punto de inflexión en la historia de la cocaína.
Así, a principios del siglo XX la cocaína se comercializaba de forma libre en farmacias y droguería; donde podía adquirirse en formato de pastillas y jarabes. Además era muy utilizada por oftalmólogos y odontólogos como anestésico.
Por otro lado, en 1900 el científico Willstatter consiguió sintetizar la cocaína, permitiendo que se pudiese inhalar por la nariz. La producción de la clorhidrato de cocaína —o cocaína en polvo— consolidó su consumo popular. Especialmente entre los ambientes bohemios o artísticos. Con lo que paulatinamente esta droga fue utilizándose con fines cada vez más recreativos que terapéuticos.
Sin embargo, no tardaría mucho en llegar su prohibición. Ya que la opinión pública y los medios de comunicación se hacían eco de los auténticos efectos de la cocaína, sumamente perjudiciales para la salud.
La prohibición de la cocaína
Así pues, en 1914 EE.UU. declara la prohibición del consumo de cocaína. Es entonces cuando adquiere el estatus de droga ilegal. Medida que terminaría extrapolándose a todo el mundo. En esta época es cuando se produce el cambio en la composición de la Coca Cola; erigida ya como la bebida nacional estadounidense, sustituyendo la cocaína por cafeína. No obstante, la compañía siguió utilizando diversos alcaloides de la hoja de coca en su producto.
En los años 30 el uso de la cocaína se reducía a alguna actividad médica como anestésico local. Mientras que a nivel social, su consumo fue sustituido por las novedosas anfetaminas.Mientras tanto en España, la cocaína no sería considerada ilegal ni prohibida su venta hasta el año 1944; donde se especifica su venta ilícita en el Código Penal. De hecho; fue la droga más recurrida por los combatientes de la Guerra Civil. Debido a sus aportes energéticos y la supresión de fatiga, sueño y hambre que generaba. Y durante la etapa franquista, la clase alta de la sociedad consumía cocaína —y alcohol— con suma frecuencia y con fines recreativos.
El nuevo resurgir del consumo de cocaína en el último tercio del siglo XX
Así en la historia de la cocaína llegamos a los años 70 y 80, momento de apogeo en el uso abusivo del clorhidrato de cocaína; y donde se produciría un aumento vertiginoso del consumo de esta sustancia tóxica. En las décadas previas la cocaína había caído en cierta decadencia, por lo que era solo consumida en sectores sociales pequeños. O bien, en la alta sociedad, o bien en el gremio artístico.
Gran parte del dudoso mérito de haber reavivado el auge de la cocaína se debió a los cárteles sudamericanos. Quienes encontraron, primero en EEUU y después en Europa, una ocasión idónea para expandir el negocio del narcotráfico.
Historia de la cocaína años 80
Así, con la revolución de corte hippy y la vuelta a la democracia, en el caso de España; la cocaína se convirtió en una de las sustancias tóxicas más consumida. Consumo que sería reforzado por el estilo de vida estresante de los yuppies —personas de negocios— y las élites sociales. Su forma de empleo más habitual en estos años era por vía intranasal.
Sin embargo, en la década de los 80 comienza a comercializarse en diversos formatos; como el crack o la cocaína base, la pasta de coca, la base libre, etc. Lo que sin duda provoca que su consumo llegue a millones de personas; con lo que la cocaína aumenta su presencia en todas las capas de la sociedad. Y es que, si la cocaína en polvo era considerada una droga de lujo; la pasta de coca sería el formato consumido por la población más empobrecida.
Por su parte, la persecución de gran parte del mercado del narcotráfico estadounidense; propició que los itinerarios de exportación de las drogas se orientasen hacia la Europa. De ahí que desde las últimas décadas del siglo XX la circulación de cocaína y otras sustancias psicoactivas se incrementase en el Viejo Continente; Con mayor énfasis en Italia y España.
La cocaína en la actualidad
Así las cosas, el siglo termina viendo a España convertida en puerta de entrada del narcotráfico en Europa. Claro que gran parte de la droga que arribaba a las costas españolas se quedaba en el país; ya que cada vez su demanda aumentaba más.
En las últimas décadas del siglo XX y a comienzos del XXI el mercado negro de la cocaína vivió años de apogeo. Su expansión en las sociedades europeas fue imparable; gracias a las nuevas modas de ocio nocturno desenfrenado y a una frivolización del consumo de drogas como elemento recreativo.
Paralelamente, han ido surgiendo numerosos laboratorios clandestinos dedicados al procesamiento de la cocaína, con capacidad para crear toneladas de esta droga. Sus producciones actuales no dejan de batir récord; y ya no solo se ubican en países americanos, sino en diferentes puntos del planeta.
Asimismo, se crean nuevas mezclas altamente nocivas como tabaco o marihuana combinados con cocaína, llamada popularmente basuko, o cocaína con heroína; aumenta también su uso por vía intravenosa; e incluso es utilizada aplicándola en las zonas genitales para ralentizar los orgasmos durante las relaciones sexuales.
Los albores del siglo XXI fueron especialmente duros para la sociedad española, pues entre 1996 y 1999 el consumo de cocaína creció exponencialmente. Prueba de ello son la duplicación de urgencias hospitalarias, muertes por sobredosis y admisiones en los centros de desintoxicación.
Conclusión
En la actualidad, a punto de iniciarse la segunda década del siglo XXI; las cosas no han cambiado demasiado dentro de la historia de la cocaína.
La cocaína se muestra como el estimulante psicoactivo ilegal más consumido por los jóvenes de la Unión Europea. Prueba de ello es que el volumen de incautaciones de cocaína continúa siendo muy elevado en la región. Las cifras hablan por sí solas: el consumo medio de personas que la han probado alguna vez alcanza al 5,3% en la Comunidad Europea; 73.000 personas han demandado tratamiento especializado para superar su adicción a la cocaína en el año 2017; y se constata un incremento del 34% de personas cocainómanas que precisaron asistencia sanitaria para tratar enfermedades generadas por esta droga.
Si bien la venta de cocaína parece haber iniciado un ligero descenso; España continúa detentando el primer puesto de consumidores de cocaína entre los Estados Miembros de Europa. En este contexto, la población adolescente y juvenil son los más propensos a padecer adicción a la cocaína y otras sustancias tóxicas. Con todos los riesgos sanitarios y psicosociales que conlleva su consumo tanto a corto plazo como a largo.
Así las cosas, todo parece señalar que en la historia de la cocaína aún quedan muchos capítulos por relatar. A fin de cuentas, lamentablemente, sigue siendo la droga estrella en España; y nada indica que su consumo pueda controlarse, ni mucho menos erradicarse. Quizás la mayor esperanza esté puesta en el descubrimiento de algún fármaco que sustituya la dependencia a esta sustancia estimulante.
Referencias Bibliográficas
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